Las costumbres apropiadas y saludables en el transcurso de la comida son fundamentales al momento de la prevención de dificultades como la obesidad infantil. Comer en el hogar, rodeado por los seres queridos, es una forma de aprender a escuchar a los niños; es muy importante evitar las controversias o entretenimientos en la mesa para disfrutar con ellos de la experiencia gastronómica; estas son algunas de las recomendaciones que nos brindan el Instituto DKV de la Vida Saludable, con el apoyo de la Fundación Thao.
A continuación te presentamos los mejores consejos para que tus hijos disfruten de ese especial momento de la comida en familia.
1. Comer diariamente en familia: Los padres deben realizar como mínimo una de las comidas principales del día con los hijos. El almuerzo y la cena familiar representan un indispensable momento de encuentro entre los niños y sus padres, algo que es primordial para afianzar la unión, la cohesión familiar y para beneficiar su salud.
2. Escuchar a los niños: Los padres no deben preocuparse solo por la conducta y los modales de sus hijos en la mesa. Es relevante aprender a escucharlos con una buena disposición intentando ponerse en su lugar, con relación hacia su ritmos, contemplaciones y sensaciones con la comida.
3. No permitir entretenimientos como la televisión o los juegos al comer: El instante de la comida debe transformarse en un espacio de tiempo para estimular la comunicación entre todos los integrantes de la familia, tratar la vivencias diarias individuales y lo más relevante, aprender a alimentarse de una forma indicada.
4. Respetar el ritmo que posee cada niño: La ‘lentitud’ de los niños y las niñas cuando comen, la gran mayoría de las veces inquieta a los padres. Los niños y niñas requieren su tiempo para comer, por este motivo, es necesario respetarles su ritmo, como exigencia fundamental para que la comida se transforme en un aprendizaje positivo vinculado al gusto y al disfrute de las relaciones.
5. Disfrutar en compañía de tus hijos la experiencia ‘gastronómica’: Es conveniente dialogar con los niños de los alimentos que se están ingiriendo, de los sabores, olores, texturas, entre otros. Para fortalecer la actividad con la comida. Estas sugerencias significan una experiencia que motiva a los niños a interiorizar su descubrimiento personal y aprendizaje emocional. Recuerda que los niños aprenden lo que observan en los mayores y que la imitación e identificación con sus padres, contribuye en la formación de sus propios gustos.