El juego es un verdadero placer. Significa divertirse, entretenerse. Es un medio que sirve para aprender. Además el juego brinda innumerables beneficios a los niños, en todos los aspectos (físicos, mentales, sociales etc.), incluso activa el cerebro. Lo mantiene en forma.
Si fuera posible observar por medio de la pequeña cabeza de los niños, apreciaríamos la cantidad de actividad que se produce en su cerebro cada vez que juegan. La causante de esto es la química. El juego libera una serie de hormonas que actúan en el cerebro de los niños. Cada vez que tu hijo juega, estas son las sustancias que se despiertan en el cerebro:
– La Serotonina: permite reducir los niveles de estrés. Asimismo es la responsable de balancear y regular el estado anímico.
– La Acetilcolina: es una sustancia que beneficia la concentración, la memoria y claro está, el aprendizaje.
– Las Endorfinas y Encefalinas: son las responsables de disminuir la tensión neuronal. Esto significa, la que provee al niño de tranquilidad y alegría. Es el mejor instante de creatividad del niño.
– La Dopamina: estimula la actividad física, la que logra que los músculos respondan frente al juego. Además interviene en la estimulación de la imaginación, la elaboración de imágenes y seres fantásticos. Por qué es indispensable el juego en la infancia
El juego facilita el desarrollo de la imaginación y la creatividad de los niños, les permite estar en forma, les ayuda a crear tácticas y a solucionar dificultades y los enseña a generar normas y obedecerlas. El juego es la mejor forma que poseen los niños para aprender, es la más integral. A continuación te presentamos sus enormes ventajas:
– Libera a los niños del estrés. El juego permite la liberación de la presión de los estudios o los deberes.
– Representa la mejor herramienta de aprendizaje para los niños.
– Contribuye en el establecimiento de las relaciones sociales.
– Fortalece y desarrolla el mundo interior del niño.
Jugar, simplemente jugar. Jugar al escondite, a los bolos, al cucu-tras. Jugar con los muñecos, con la pelota, o sencillamente con la imaginación. Permite que tu hijo sueñe, imagine, juegue con otros niños. De esta forma aprenderá, y mucho, de la mejor manera posible: divirtiéndose.