Los niños sumisos se caracterizan por manifestar un comportamiento excesivamente pasivo, los cuales huyen de lo que verdaderamente desean expresar y jamás intentan conseguir sus requerimientos, en especial cuando alguien entra en conflicto con ellos. Los niños sumisos obedecen para evitar inconvenientes con los otros y pueden llegar anular su personalidad para sentirse aceptados al interior de un grupo o para impedir que los otros interfieran con él.
Son niños tímidos que evitan establecer contacto con los demás ya sea por miedo a los individuos o por temor a ser heridos emocionalmente.
Características de un niño pasivo
Por ejemplo, un niño pasivo en el colegio o en el hogar puede asumir la culpa de algo cuando los otros lo están indicando aunque no posea culpabilidad en absoluto. Sin embargo, si las cosas van mal, optan por asumir la culpa que entrar en discusión con otros individuos por los que sienten temor.
Este miedo por lo general se manifiesta debido a que los niños pasivos perciben como agresivos a otros individuos y consideran que no están en capacidad de enfrentarse a ellos. Se ven como personas frágiles, cobardes y con baja autoestima y así se comportan frente al mundo y la sociedad.
La conducta de un niño pasivo puede conllevar a dificultades a largo plazo debido a que es una actitud poco sana porque anula su personalidad completamente.
Un niño pasivo o sumiso se deja intimidar fácilmente en el colegio y no responde ante las agresiones ni recurre a los profesores. Posiblemente este niño desee ser más fuerte, sin embargo no lucha por obtenerlo, se adaptan y se conforman con la posición de víctima.
¿Cuál es el estado emocional de un niño pasivo y cómo ayudarle?
El niño pasivo usualmente se siente inferior con respecto a los otros y por este motivo cree que posee menos derechos que los demás. Estos niños reprimen sus emociones e incluso algunos de sus recuerdos. ¿Cómo es posible cambiar el comportamiento de un niño pasivo? Como otro tipo de conductas, la pasividad se aprende y por lo tanto dejar de ser pasivo también es algo que se puede aprender. Para ayudar a cambiar este comportamiento en tu hijo deberás seguir las siguientes recomendaciones:
– Fortalece su autoestima: Un niño con buena autoestima reconocerá su propio valor y sabrá que nadie es mejor que él en ningún aspecto. Un niño con autoestima expresa lo que piensa y siente, confía en sus habilidades para lograr todo lo que se propone.
– Formación emocional: Es indispensable trabajar en la formación emocional con un niño sumiso o pasivo para que deje de reprimir sus sentimientos y esté en capacidad de manifestar lo que siente. Si está en condiciones de poner palabras a sus emociones y comprenderlas, será capaz de entenderse a él y a los otros, pero en especial, se respetará a sí mismo.