La dieta mediterránea incorpora dentro de sus alimentos, el consumo frecuente de cereales con gluten, en una gran variedad de presentaciones como el pan, la pasta, entre otros. Por otro lado, este tipo de dieta incluye además productos como el trigo, la cebada, el centeno y la avena que son alimentos saludables, que suministran fibra, minerales y vitaminas, y que generalmente su tolerancia es muy buena.
La comunidad científica advierte sobre dos entidades en las cuales la ingesta de esta clase de cereales ejercen cierto grado de influencia. Una de ellas consiste en la enfermedad celíaca, que afecta al 1% de la población y cuyo diagnóstico se encuentra establecido. La otra es la sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC), sobre la cual apenas se está avanzando en un diagnóstico.
Sensibilidad al gluten no celíaca en la infancia
Un 10% de la población sufre de SGNC (sensibilidad al gluten) de acuerdo a las investigaciones que han realizado algunos expertos en el tema. El primer caso pediátrico se publicó en el 2014 en España. Esta afección consiste en que, el niño que la sufre, cuando entra en contacto con cereales con gluten, desarrolla uno o múltiples síntomas clínicos que van desde dolor abdominal, flatulencia, hábito intestinal irregular, entre otros. Asimismo se presentan síntomas extradigestivos: anemia, artritis y síntomas neurológicos. Estas reacciones físicas desaparecen cuando el menor deja de estar expuesto al gluten.
Hasta el momento las pruebas de laboratorio no son determinantes (puede existir una frágil elevación de los anticuerpos antigliadina y trastornos muy leves en la biopsia intestinal). De cualquier forma, los expertos recomiendan realizar una prueba terapéutica con dieta que excluya el gluten a los pacientes, en este caso los niños que manifiesten una evidente y repetida secuencia temporal entre el contacto con el gluten y la manifestación de los síntomas.
Cada vez este tipo de padecimiento se encuentra más fundamentado, sin embargo la moda de consumir productos sin gluten nos sienten bien o mal, consiste solo en una moda pasajera y no en una afirmación científica. Los cereales seguirán siendo alimentos necesarios en la dieta alimenticia tanto de niños como de adultos.