Unas de las preocupaciones más frecuentes de los padres es la baja estatura de sus hijos, por lo general el crecimiento de éstos lo suelen comparar a la salida de la escuela con la de sus compañeros de clase que se encuentran en la misma edad y cuando notan que ellos no pertenecen al promedio normal, manifiestan una gran angustia y acuden al pediatra para saber si su hijo tiene un problema relacionado con el crecimiento.
No obstante, solo el 20 por ciento de lo menores asisten a una cita con el pediatra por un problema de crecimiento o talla baja debido a la presencia de una enfermedad. El 80 por ciento que resta, que revelan una baja estatura, es algo que se debe al factor hereditario o que sufren de un retraso puberal, que generalmente es temporal.
Factores a considerar: peso, talla y crecimiento infantil
Un indicador que señala el estado de salud de los niños es el crecimiento por lo que cualquier alteración de los estándares normales representa una alarma. Al efectuar la evaluación del crecimiento de un menor se deben considerar tres factores importantes: el peso, la talla y velocidad del crecimiento. Para hacer un adecuado seguimiento del crecimiento de los niños se deben tener en cuenta los valores convencionales de estos tres factores que se ven reflejados en la curvas especiales relacionadas con el desarrollo. La mejor forma de realizar estos estudios es por medio de mediciones frecuentes. Esto es indispensable, debido a que las mediciones aisladas de la estatura poseen poca valoración.
¿Qué genera el retraso en el crecimiento de los niños?
La talla baja se caracteriza por estar por debajo de dos desviaciones promedio para su edad y sexo en la curva de altura de las tablas de percentiles. ¿Qué la origina?, es muy posible que el retraso en el crecimiento se produzca a causa de diversos factores entre los que podemos mencionar los siguientes:
– Herencia familiar: En el crecimiento del menor existe una gran influencia que proviene del factor constitucional y que afecta principalmente a los varones que se manifiesta durante la infancia con una suspensión de la velocidad del crecimiento, aunque el niño haya nacido con talla y peso normales.
– Trastornos congénitos: Una de las causas más comunes se presenta por un retraso del crecimiento al interior del útero de la madre, debido a una infección, exposición a radiaciones o consumo de algún medicamento, droga, tabaco o alcohol.
– Enfermedades con posible tratamiento: Las enfermedades con mayor influencia en el crecimiento son las siguientes: las enfermedades gastrointestinales, la desnutrición, los trastornos endocrinos como el hipotiroidismo, cardiovasculares y renales, el déficit de la hormona del crecimiento y el síndrome de Cushing.