La dispraxia es una condición, generalmente presente en la primera infancia, que afecta las habilidades motoras. En ocasiones, puede ser causada por una lesión cerebral traumática, pero en la mayoría de las ocasiones, se desconoce la causa. La dispraxia afecta a muchos aspectos del desarrollo y el aprendizaje, y en los bebés, una vacilación al gatear, dificultad para aprender a utilizar vasos y utensilios, y retrasos para caminar; pueden significar los primeros síntomas.
A medida que el niño crece, otros aspectos de esta condición se pueden desarrollar. Los pequeños pueden ser hipersensibles a la ropa, a lavarse los dientes o el cabello; y además para ellos también escribir es muy difícil. Las relaciones entre compañeros se atrofian con frecuencia debido a los comportamientos obsesivos o paranoicos.
Dado que tanto sus habilidades motoras finas y gruesas se ven afectadas, los niños dispráxicos tienen dificultades en los deportes de competición, aprender a montar en bicicleta y transitar a través de sitios públicos concurridos, como centros comerciales o patios de escuelas. El aprender a atarse los zapatos o vestirse fácilmente también puede generar dificultades para los niños con dispraxia. Estas habilidades, que parecen tan difíciles de alcanzar para un niño con esta condición, provocan el aumento de la frustración y el enojo. Los niños no diagnosticados pueden representar y mostrar inmadurez en entornos sociales.
Quienes sufren de esta afección por lo general son muy inteligentes, y tienen la capacidad de comprender que a pesar de sus mejores esfuerzos, su trabajo no es comparable con el trabajo de los demás niños. Sus pobres habilidades de organización, dificultades con la ortografía y la escritura laboriosa aumentan la frustración del niño y pueden conducir a una depresión significativa. La dispraxia también está relacionado con el TDAH, lo que puede aumentar los problemas en el hogar y en la escuela.
Estadísticas de niños con dispraxia
Unas estadísticas específicas sobre la cantidad de personas que están afectadas por la dispraxia son difíciles de encontrar, y esto es debido a que la condición a menudo se deja sin diagnosticar. Las estimaciones van del 2% al 10% de la población. Los varones representan alrededor del 70-80% de los casos diagnosticados.