El trastorno bipolar, que también es conocido como el trastorno maníaco-depresivo, es una condición cerebral crónica que se caracteriza por la prescencia de episodios en los que la persona puede presentar cambios extremos y alteraciones su comportamiento, pensamientos y conductas. Los síntomas más evidentes a nivel externo son los de comportamiento, sin embargo, la enfermedad suele tener signos menos visibles, pero graves a nivel cognitivo, cardíaco y metabólico.
Si el trastorno bipolar se diagnostica a tiempo, sería más fácil para los padres y el médico discutir qué tipos de tratamientos pueden ser útiles para el niño. Es importante que los padres entiendan el tipo de compromiso que se debe esperar de ellos, ya que el cuidado de un niño bipolar es un poco más complicado que el de un pequeño que no sufre de esta condición. Las terapias, medicamentos, ajustes en la dieta y estilo de vida son solo algunas de las cosas que se deben tener en cuenta.
Del mismo modo, los padres deben llevar un registro de cualquier cambio de comportamiento en los niños durante todo el período del tratamiento prescrito. Durante las consultas con el médico, se deben discutir las nuevas observaciones para buscar los métodos que han dado resultado y la manera en que se pueden hacer ajustes para conseguir una real mejora.
Los padres deben además tratar de obtener información actualizada sobre el trastorno bipolar en los niños. Además de toda la información que puedan obtener por medio de Internet, existen asociaciones y grupos que no solo ofrecen noticias, datos y estadísticas, sino también dan el apoyo necesario tanto para los padres como para los niños.
Algunas cosas como una dieta saludable y una rutina de ejercicio pueden funcionar completamente. Sin embargo, es importnte hacer asegurar que se haga un diagnóstico, un buen tratamiento y también se consiga un buen apoyo médico, emocional y físico suficiente para el bebé antes de tiempo.