Al hablar sobre acoso escolar o bullying nos referimos al maltrato físico o psicológico que el niño recibe por parte de sus compañeros de estudio, de manera constante por un largo periodo de tiempo. El niño agresor a través de sus acciones violentas busca intimidar al otro niño que se convierte en su víctima por medio del abuso de poder que se manifiesta de modo físico o verbal. Los niños que son acosados como consecuencia padecen de una baja autoestima, miedo a la escuela, angustia, estrés, entre otras manifestaciones de carácter psicológico. Por lo general los niños que atraviesan por esta difícil situación ocultan el maltrato al que son sometidos diariamente en la escuela o en otros espacios a sus padres, porque sienten vergüenza o miedo de la reacción que estos puedan tener.
Recomendaciones:
Para identificar los síntomas en un niño que sufre de acoso escolar se debe estar atento a los siguientes comportamientos o manifestaciones psicológicas:
- Uno de los primeros signos son los cambios en el estado de ánimo. Los niños que sufren de acoso escolar expresan emociones como: tristeza, irritabilidad y ansiedad, cuando estos cambios en la conducta no eran los habituales en él y aparecieron de un momento a otro.
- Otro signo para estar alertas son las evidencias físicas, cuando se presentan lesiones físicas como hematomas o rasguños que los niños tratan de disimular argumentando que se trata de caídas o accidentes. Es también muy común en este tipo de situaciones que sus pertenencias aparezcan dañadas o simplemente se pierdan.
- Presentar bajo rendimiento académico. Las calificaciones empiezan a bajar repentinamente.
- Comienza a padecer de trastorno en el sueño, presentando dificultades para dormir o por el contrario un excesivo letargo. Manifiestan con frecuencia pesadillas.
- Manifiestan pérdida de apetito y adquieren tics nerviosos.
- Inventa disculpas para no asistir a la escuela y cuando decide ir, solicita que lo lleven hasta la puerta y que a la salida lo vayan a buscar.
- No desea salir, ni relacionarse con otros compañeros. Evita las actividades extracurriculares y pasa mucho tiempo solo.
Si tu hijo presenta estas u otras manifestaciones extrañas ajenas a su comportamiento, habla con él y con los profesores, puede tratarse de acoso escolar.