En relación con la educación mucho se ha comentado sobre la forma de dirigir u orientar el crecimiento de los niños y de acuerdo a esta idea se tiene la creencia que a todos se les debe educar de la misma manera. Sin embargo no todos los niños aprenden igual, ni reaccionan de igual modo frente a diversas situaciones de la vida o estímulos.
¿Por qué los niños manifiestan diferencias?
De acuerdo a estudios realizados desde la psicología los seres humanos poseen cuatro clases de temperamentos o personalidades, entre los que se encuentran: Colérico, Sanguíneo, Melancólico y Flemático.
Esta clase de personalidades se heredan o se nace con esa tendencia a actuar o pensar de forma diferente y a la vez se reacciona de modo especial al ambiente que nos rodea.
En los niños que presentan temperamento Colérico y Sanguíneo se caracterizan porque son más complicados para dirigir, aunque si como padre identificas sus cualidades, anhelos, requerimientos emocionales, valores y flaquezas y las razones que los llevan a actuar de determinada forma podrás manejarlos mucho mejor.
Por otro lado existen los niños con temperamento más tranquilo y adaptable, a este grupo pertenecen los Flemáticos y Melancólicos, sin embargo un aspecto negativo de este tipo de personalidad es que son pequeños más sensibles y propensos a sentirse lastimados con gran facilidad. Si como padre conoces sobre sus temperamentos estarás en capacidad de educar niños sanos emocionalmente y alegres.
Características de los tipos de temperamentos
Niños Sanguíneos: Son pequeños muy sociables y simpáticos, pero desordenados, por lo general no planean metas y se distraen con gran facilidad.
Niños Melancólicos: Son niños tímidos y serios, muy ordenados y piensan muy bien las cosas antes de actuar, lo que los convierte en seres muy profundos, cuidadosos y responsables.
Niños Coléricos: Son niños muy dominantes con capacidad de liderazgo, aman las labores, pero se enojan muy fácilmente y debido a que son inquietos, les interesa competir y desafiar.
Niños Flemáticos: Son niños muy pasivos que prefieren que los demás decidan por ellos y siguen a los demás sin cuestionarse. Poco activos y con muy baja actitud para el trabajo; sin embargo son sensibles, de buen estado de ánimo, tolerantes y sirven como mediadores frente a los conflictos.