La convivencia con animales puede representar una experiencia provechosa tanto para los pequeños como para los adultos debido a que propician el juego y las actividades en familia, por otro lado pueden ayudar en el desarrollo de cualidades como la responsabilidad.
Las mascotas favoritas de los niños suelen ser los perros, gatos, hámsteres, peces o tortugas, aún así los perros tienden a ser los compañeros más apreciados porque son juguetones y afectivos.
Sin embargo antes de decidir conseguir una mascota para nuestro hijo, es fundamental que nos preguntemos si estamos en la capacidad de concebir nuestra vida en función de los cuidados que demanda un animal, ¿Disponemos de tiempo?, es necesario considerar el tiempo que pensamos destinar para el cuidado de un animal de compañía, de igual modo es relevante pensar en el espacio que existe en el hogar para la mascota y además durante las vacaciones o paseos, ¿quién se encargará del cuidado del animal?
Cuando tenemos una mascota en casa a su vez implica algunos riesgos que es importante tener presentes. Lo primero es que antes de llevar un animal de compañía para la casa debemos tener conocimiento si algún miembro de la familia posee síntomas de alergia ante la presencia de pelo o a específicos líquidos que producen los animales. Las mascotas pueden ser portadoras de parásitos, a nivel interno como externo. Para evitar dificultades de esta clase es conveniente realizar una consulta con el pediatra antes de decidir adquirir una mascota.
Posteriormente cuando ya se han analizado los beneficios y las desventajas, piensa que no es saludable o que no es posible tener una mascota al interior del hogar, se les debe manifestar de forma clara a los niños las razones que llevaron a tomar dicha decisión, e intentar obtener su comprensión.
No obstante si la decisión es obsequiar la mascota a sus hijos, es necesario que involucre a los menores en organizar todo para la llegada del animal de compañía al hogar y hacerles entender que desde ese momento comienzan a tener responsabilidades con respecto a satisfacer los requerimientos y cuidados que exige una mascota, imponer las labores, aclararles que un animal no consiste en un simple capricho pasajero, que no es un juguete, que al tratarse de un ser vivo, necesita alimento, baño, cuidado y afecto, que no lo pueden desechar o abandonar cuando se cansen de él y que así será durante todos los días del año.