Uno de los mayores males de nuestra época es la obesidad infantil. Una dificultad que, lejos de estar mejorando, va en incremento todos los días. Por este motivo se insiste en la relevancia de un estilo de vida saludable en los niños para realizar una prevención contra el gran número de enfermedades que provienen del sobrepeso.
Con el propósito de contrarrestar la obesidad infantil disponemos de dos armas principales. La primera de ellas consiste en una alimentación saludable y balanceada. La segunda es el deporte o la actividad física. No obstante, la formación es indispensable para que los niños no caigan en los peligros de una vida sedentaria que afecta de modo serio su desarrollo en todos los aspectos.
La actividad física en los niños evita el sobrepeso
Aunque los deportes más famosos para los niños son el fútbol y el patinaje, no se debe limitar a los niños a una exclusiva actividad. Se sabe que hallar el balance entre la diversidad y la sobrecarga de tareas extraescolares es casi una odisea, sin embargo nuestros niños deben identificar todas las alternativas deportivas que poseen a su alcance con el propósito de experimentar una infancia sana y entretenida al mismo tiempo.
Ejercicios que ayudan a prevenir la obesidad infantil
Para contrarrestar la obesidad infantil no es necesario establecer todas las exigencias en el ejercicio de algún deporte. Lo que importa es que los niños permanezcan activos en el transcurso de todo el día hasta que finalice la tarde. Realizar actividades al aire libre, salir a trotar o incluso rutinas como habituar al niño a ir a la escuela caminando, son medidas tan relevantes como la práctica de algún deporte.
Los especialistas explican que para un perfecto desarrollo físico e intelectual del niño, es fundamental ejercitarse 60 minutos diariamente, esto significa, practicar alguna actividad física y los convencionales juegos infantiles. El propósito es enseñar al niño para que siga un estilo de vida saludable y activo, distanciándolo del sedentarismo que tantos perjuicios genera entre los más pequeños con el sobrepeso y un limitado crecimiento intelectual.
No existen obstáculos para que el niño permanezca activo y en movimiento, aunque se aconseja ir disminuyendo la actividad a medida que va finalizando la tarde para reducir el insomnio. Si deben existir límites, que sean en forma de condiciones de todas esas actividades y juegos infantiles que los hacen permanecer sentados en el mueble. Sin embargo, debemos recordar que la familia ejerce una gran influencia en las costumbres que obtienen los niños que, al fin de cuentas, se movilizan por imitación.