A todas las personas nos agrada ganar, sin embargo existen diversas maneras de ganar. Está el modo de ganar tóxico que agrada porque vencemos a los otros y la manera de ganar sana que se realiza con humildad y que se manifiesta con el esfuerzo y la perseverancia como los mejores amigos para lograrlo.
Cuando se presenta el modo de ganar tóxico, no interesan los medios que se empleen para obtenerlo, ni tampoco importa si se lastiman o no la sensibilidad de las otras personas. Esta manera de triunfar solo posee un único propósito: ganar. Los niños y asimismo los adultos que piensan que este modo de ganar es el apropiado, es cuando se hallan ante un sentimiento (cierto pero oculto) de inseguridad y de inferioridad.
La trascendencia de enseñar a los hijos a ganar
Los individuos que desean triunfar a toda costa y pasar por encima de los otros son personas que requieren demostrar a los demás que son superiores, que disponen de mayores talentos, aunque en el fondo no lo sientan así. Estos individuos si poseen hijos les costará mucho modificar ese ‘chip’ para formar a los niños a ganar sin competir, algo que con seguridad a los menores les puede afectar de forma seria en su autoestima y en su relación con los otros.
Los individuos que saben ganar serán aquellas personas que comunicarán a sus hijos el valor de la tenacidad, del trabajo y de la perseverancia. Estos padres estarán en capacidad de formar a los niños que el recorrido es mucho más relevante que la meta, y que si no se triunfa no sucede nada porque lo que realmente interesa es intentarlo y esforzarse por lograrlo.
Estrategias para enseñar a los niños a ganar de modo sano
La manera de triunfar sanamente es la que todos los niños y niñas requieren aprender para poder elevar su amor propio y confianza individual. Los niños requieren saber que se confía en ellos, deben pensar que tienen la habilidad para llevarlo a cabo, sin embargo el hecho de ganar será excelente, pero si pierden aprenderán, estos serán los que verdaderamente triunfarán.
Por el contrario, los niños que se encuentran sometidos a padres que desean que gane a toda costa, que el triunfo tóxico es el que motiva sus vidas, estos niños padecerán de estrés, angustia e inquietud frecuente. En realidad serán niños que no gozarán de lo que realizan y solo buscarán demostrar a los otros que pueden lograrlo, en vez de demostrárselo a ellos mismos. Esta clase de formación, la que revela que el resultado es el que verdaderamente interesa, es el que impulsa a los menores por ejemplo, a copiar en las evaluaciones.
La mejor estrategia de enseñar a los niños a triunfar es enfocarse en el esfuerzo, en la perseverancia y hacerles comprender a los niños que el resultado solo es parte del proceso.