El estreñimiento es el problema que puede manifestarse al momento de evacuar. Es un trastorno muy frecuente en el bebé debido a que los movimientos del intestino y la relajación del esfínter aún no han madurado lo suficiente.
El bebé por lo general se siente irritable e incómodo si está estreñido, sin embargo como su alimentación se constituye solo de leche materna o artificial no son aplicables determinadas recetas caseras realizadas a base de fibra o frutas. No obstante, a partir de los 2 ó 3 años, si tu hijo o hija está estreñido puedes acudir a los remedios naturales para calmarle y lograr que evacue.
Remedios caseros para aliviar el estreñimiento
1. Se aconseja realizar masajes en el abdomen del niño efectuando movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj. Esto asimismo, le calmará si el estreñimiento se ve acompañado de dolor estomacal.
2. Tomar un vaso de agua tibia y luego darle al niño un desayuno que incorpore cereales integrales y fruta fresca.
3. Suministrarle al niño el zumo de dos naranjas antes de ingerir su desayuno acostumbrado. Otras frutas que pueden contribuir a calmar el estreñimiento consumidas a primera hora de la mañana son las frambuesas, uvas, peras, ciruelas o kiwi.
4. Uno de los remedios naturales más efectivos es disponer de una dieta diaria rica en verduras y fibra.
5. La dieta por sí sola no concede milagros, por esto es indispensable verificar que el niño efectúa ejercicio físico diario.
6. Incrementar la cantidad de agua y en lo posible que sea mineral, asegurarse de que el niño beba agua suficiente.
7. Educar al niño a para que tenga la sana costumbre de ir al baño. Sentarlo un rato en el orinal o váter y señalarle la postura adecuada que debe adoptar. Es necesario recordarle que debe ir siempre que sienta deseos y no continuar jugando o llevando a cabo cualquier otra labor.
En la situación de que aún siguiendo una dieta rica en fibra y realizando una actividad física moderada, el niño no logre ir al baño por sí mismo, se recomienda visitar al pediatra quien puede llegar a recetar algún laxante para contribuir a que el niño evacue. No obstante, a la larga es posible que el intestino se vuelva perezoso, por lo que habituar al niño a evacuar por sí mismo es el tratamiento más conveniente.