No es la misma cosa que la leche le caiga mal a tu hijo, que la leche le genere una alergia alimentaria. Es conveniente diferenciar entre las dos situaciones, porque los síntomas y los efectos son distintos. Si al ingerir leche o consumir un yogur, el niño presenta un inconveniente para respirar o comienza a vomitar o pierde el conocimiento, con seguridad que tiene que ver con una reacción alérgica. En esta circunstancia debes acudir de forma rápida al médico.
¿Cuáles son los síntomas de la alergia a la lactosa?
Esta clase de alergia puede revelarse de modo leve o más agresivo. La gran mayoría de los padres no están enterados de que sus hijos padecen de alergia a la proteína de la lactosa. Cuando un niño manifiesta un intenso dolor de abdomen y una diarrea es muy posible que sea alérgico a esta clase de proteína. En ese caso en indispensable la vigilancia de estas señales que se repiten y presentarse al médico frente a cualquier inquietud. Además de la diarrea o vómito, al consumir productos lácteos, la alergia a esta clase de proteína es posible descubrirla a través de los siguientes síntomas:
– Se observa párpados y labios hinchados. En algunas ocasiones, al igual que en las extremidades.
– Una gran dificultad en la respiración.
– Presencia de urticaria
¿Cuál es la diferencia entre la intolerancia y la alergia a la lactosa?
La alergia a la lactosa se genera cuando la proteína de la leche de la vaca provoca una respuesta alérgica. En esta situación, el niño tiene unos anticuerpos que responden contra la proteína de la leche. Esto ocurre en especial en los bebés, y se descubre al incorporar la leche procesada en su alimentación. La alergia es posible que no se manifieste durante la primera ingesta, sino que se puede ir produciendo poco a poco.
La intolerancia a la lactosa es el inconveniente que presenta el organismo para digerir el azúcar de la lactosa. Esto surge con el paso de los años, al perder la enzima que permite la absorción de la lactosa, denominada enzima lactasa (se estima que un 15% de adultos padecen de esta patología). Se revela por medio de un dolor de estómago, hinchazón abdominal y diarrea. No obstante, los niños que presentan intolerancia a la lactosa, tienen la posibilidad de ingerir algunos lácteos, como los yogures.
¿Qué tratamiento se debe seguir?
La alergia a la proteína de la leche se detecta a través de un análisis de sangre especial y una serie de pruebas cutáneas. Si se comprueba la alergia, el pediatra o alergólogo recomendará para el bebé leches específicas. En esta situación el bebé no debe consumir ninguna clase de lácteo de procedencia animal, porque esto puede llegar a generar un cuadro grave de síntomas, entre los que se encuentra la asfixia.