La asertividad está estrechamente vinculada con la autoestima. Los menores desde muy pequeños sienten temor de ser rechazados o juzgados, algo que influirá para que en ocasiones guarden silencio cuando deseen hablar.
Cuando los hijos comienzan a escuchar lo primero que se desea como padre es que éstos aprendan a obedecer y seguir instrucciones, sin embargo por lo general los padres olvidan lo más relevante: es necesario enseñar a los hijos a saber cómo expresar lo que ellos quieren.
¿Qué importancia tiene ser asertivo?
Los niños que saben expresar sus requerimientos tienden a poseer una mejor autoestima, a desarrollar mejores destrezas de comunicación y además, cuando saben manifestar sus emociones y gustos están en condiciones de soportar mejor la presión del grupo. Tienen la posibilidad de solicitar ayuda cuando la requieren, saben decir que no cuando no desean decir que sí y comenzarán a sentir seguridad en sí mismos, algo indispensable para que un niño aprenda a ser asertivo.
Para la gran mayoría de los niños la asertividad es un comportamiento aprendido por lo que no está vinculado con algo innato. Para ser asertivo es necesario aplicarlo a la vida diaria. Y el mejor sitio para ejercer las destrezas que son más difíciles en el mundo exterior es en la seguridad y en el entendimiento de su propio hogar.
Sugerencias para ayudar al niño a mejorar su asertividad
1. Ser un ejemplo de asertividad. Los padres deben ser el ejemplo y el modelo a seguir por los hijos, por lo que los niños imitarán y aprenderán de ellos completamente todo. Es importante que los padres defiendan su criterio sin llegar a ser agresivos. Además permite que tus hijos expresen sus argumentos aunque te puedas llegar a sentir incómodo, sin embargo no es posible esperar que los hijos sean asertivos si los padres no lo son.
2. Habitar en un hogar democrático. Es necesario conversar con los hijos de todo lo que sea importante, permitir el debate. Se le recomienda a los padres realizar reuniones familiares y escuchar la opinión de cada uno de los hijos. No se debe olvidar que escuchar y respetar sus argumentos no quiere decir que se deba estar de acuerdo con su forma de ver la vida. Cuando los niños saben dar a conocer lo que piensan, éstos tenderán a expresar y a sentirse cómodos para hablar por ellos mismos. El mejor sitio para que los menores aprendan a expresarse con asertividad es en el hogar, así que los mayores deben asegurarse de que los niños tengan la posibilidad de expresarse y de ser escuchados.
3. Dialoga de los derechos con los niños. Los pequeños requieren saber que su criterio es valorado y que tienen derecho a expresar lo que piensan. Se sugiere que los padres se sienten con sus hijos y elaboren una lista de derechos infantiles, pueden comenzar por lo esencial; ‘tienes derecho a decir que no’, ‘tienes derecho a enojarte’, ‘tienes derecho a sentir y a expresar ira’, etc. Se debe alentar a los hijos a añadir cosas a la lista y diseñar un cartel de derechos para su cuarto. De este modo los niños se sentirán más motivados para manifestar sus sentimientos de manera correcta.