La respuesta de los niños frente a la comida depende de diversos aspectos. Mientras que existen niños que manifiestan hambre en todo momento, otros carecen de apetito o se angustian por observar demasiada comida en el plato.
La psicóloga Silvia Álava admite el relevante rol de los padres en la formación y en las costumbres alimentarias de sus hijos. Sostener una conducta estable y señalar lo límites es el truco para enseñar a los niños a alimentarse bien y saber cómo actuar en la mesa.
¿Cómo enfrentar la ansiedad y la obesidad en la conducta alimentaria de los niños?
Una de las formas más sencillas de contrarrestar la ansiedad y la obesidad es enseñar a los menores a masticar bien los alimentos. Los padres deben sostener un diálogo firme. Es muy extraño que un niño no pueda comer una patata frita y con mayor razón debe masticar. Por lo regular debe ser un tema de falta de apetito, que no le agrada el alimento o representa un gran esfuerzo. En toda ocasión es indispensable que los niños observen que los padres son firmes y no van a modificar la comida que se encuentra en la mesa por otro alimento. Si ellos observan que existe la opción de cambiarlo, no lo van a querer ingerir.
¿Qué se debe hacer para controlar la ansiedad en los niños?
Existen niños que son más comilones en comparación con otros debido a que requieren un mayor aporte de energía, sin embargo debemos ir formando la cantidad de comida que pueden consumir y la clase de comida que ingieren. Si posee mucha hambre entre una comida y otra, primero se debe medir la cantidad de comida y segundo, suministrarle una saludable alimentación, como por ejemplo, un trozo de fruta. Debemos evitar, entre una comida y otra, brindarles galletas o dulces. Es indispensable proporcionarle agua.
¿De qué manera influyen los malos hábitos alimenticios en la obesidad de los niños?
Es lógico que si un niño está dejando de consumir un bocadillo en la noche para ingerir productos con un alto contenido de azúcar o productos prefabricados, muchos dulces y a esto le agregamos que la alimentación no es la adecuada, no es rica en verduras y frutas, y además el niño no realiza ninguna clase de actividad física, su riesgo de sufrir de obesidad es mayor. En la actualidad, los niños pasan muchas horas sentados frente al televisor, donde no logran quemar gran número de calorías. Es fundamental que los niños salgan al parque, que se desplacen y corran. Debemos regresar al helado en el parque y evitar el postre frente al televisor.