La neumonía en los bebés

La neumonía es ocasionada por una infección  en los pulmones, la cual causa una inflamación bastante molesta y peligrosa. Los factores responsables que provocan esta infección incluyen bacterias, virus, hongos o parásitos. Aparte de ser muy común en los adultos mayores, la enfermedad también afecta a muchos bebés, ya que sus niveles de defensa no se encuentran todavía muy altos como para poder combatir con dicha infección. La gravedad de esta enfermedad puede variar desde leve hasta  llegar a la mortal.

Las personas que son más propensas a desarrollar neumonía son las de edad superior a 65 años, los bebés menores de dos años, quienes sufren de VIH  y todos aquellos con enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares, enfisema pulmonar y diabetes. Algunos factores de riesgo posibles incluyen la hospitalización en una unidad de cuidados intensivos, la exposición a ciertas sustancias químicas y contaminantes, cirugías o lesiones graves. Es por ello que no es recomendable llevar a los bebés a hospitales, siempre y cuando no sea completamente necesario.

¿La neumonía es una infección transmisibles?
Los médicos afirman que la neumonía no es contagiosa a los bebés ni a los adultos. Sin embargo, se puede obtener el estatus de ser contagiosa antes de que se desarrolle en una persona. Los bebés que se ven afectados por la neumonía por lo general sufren de frío antes de desarrollar la infección. Por lo tanto, el patógeno que ha causado el frío es contagioso. Por ejemplo, el Streptococcus pneumoniae es una bacteria que es contagiosa. Cuando hay otros factores causales que intervienen, como la inhalación de una sustancia y las partículas entran en los pulmones, la enfermedad no es contagiosa.

Es más probable que los bebés puedan sentir frío por culpa de la persona afectada, pero no la neumonía en sí y es de nuevo muy poco probable que tales bebés puedan resultar tan enfermos como la persona afectada originalmente. Por lo tanto, si su bebé desarrolla neumonía, puede que no sea debido a cualquier otra persona.

Si usted siente algunos síntomas en su pequeño hijo, los cuales puedan aparentar una neumonía, lo mejor que puede hacer es acudir a un médico, ya que solo así su hijo podrá recibir el tratamiento adecuado, y esto a su vez le puede salvar la vida.

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