Los hijos tienen la capacidad de poner a los padres a prueba como nadie más lo hace. Aquellos que creen tener una paciencia infinita o que poseen carácter tranquilo, nada mejor que experimenten la maternidad o la paternidad para comprender que la personalidad puede transformarse de forma radical cuando existen niños de por medio.
Los niños pueden sacar las mejores cualidades de sus padres pero asimismo disponen de una habilidad sorprendente para estresarlos hasta límites inimaginables.
Los aspectos que más enfadan a los padres de los hijos
1- La desobediencia: El hecho de tener que repetir la ordenes 10 veces, encabeza la lista de la mayoría de los padres. No resulta cómodo habituarse a la ‘sordera transitoria’ de los hijos con respecto a obedecer.
2.- La falta de apetito: Los niños que se niegan a comer colman la paciencia de los padres. Tener que inventarse mil excusas y estrategias para que finalmente consuman dos trozos de carne y una pequeña cantidad de ensalada es todo un reto para los padres.
3- Cuando retrasan las labores: Al momento de salir del hogar es indispensable preveer con anticipación y calcular unos 15 minutos desde que ya se encuentran vestidos y calzados para conseguir salir por la puerta. Como no siempre es factible, esa tranquilidad y relajación con las prisas que por lo general suelen tener los padres no finaliza bien.
4- Las rabietas: Es sencillo expresar que se debe conservar la calma y no brindarle mucha atención al niño cuando manifiesta una pataleta. Es posible que así parezca frente a la mirada de los demás y que se permanezca indiferente, sin embargo por dentro el disgusto y la ira domina a los padres cuando el hijo empieza a patalear, gritar o tirarse al piso en un instante específico.
5- Las discusiones entre hermanos: Existen hermanos que por cualquier motivo comienzan a discutir. Cuando los padres se ven obligados a mediar y establecer paz entre ellos por aspectos mínimos con frecuencia influye para que los padres terminen disgustados.
6- Que huyan de la mano: Generalmente los niños escapan en el instante más inoportuno como cuando atraviesa la calle o los padres se encuentran en un centro comercial repleto de personas.
7- Cuando no desean ir a dormir: El cuerpo y la mente de los padres ya no responde más, están exhaustos, sin embargo los niños parecen disponer de una energía inagotable y los mayores no ven la hora de dormir. Eso de que salgan del cuarto y se resistan a ir a dormir al finalizar el día los desespera.