Un niño caprichoso es un pequeño que desea y exige las cosas debido a que siempre logra salirse con la suya. Si un menor luego de una pataleta o rabieta obtiene lo que quiere, algo no se está realizando bien como padres. Un niño caprichoso se caracteriza por celoso, envidioso y reclamará siempre.
No obstante ser caprichoso solo le traerá inconvenientes para cuando comience a crecer y a madurar debido a que presentará baja tolerancia a la frustración y no estará en capacidad de asumir los problemas de la vida, porque ya desde pequeños les han concedido todo lo que han pedido, sin embargo la realidad de la vida no consiste en eso. Por este motivo resulta tan relevante formar a los niños para que no se conviertan en seres caprichosos.
Los caprichos no son esenciales para los niños
Esto es muy relevante mostrárselo al niño porque no es igual un capricho que una necesidad y los niños caprichosos por lo general suelen creerlo así. No es lo mismo desear un juguete o algo que quiere que le compren porque los demás niños lo poseen que un requerimiento como el vestuario que necesita lucir por la calle, una cama para descansar, comida para estar en buen estado físico o material académico para la escuela.
Sin embargo no solo tiene que identificar tu hijo qué es un capricho y qué es algo indispensable, tú como madre o padre asimismo debes saberlo para estar en condiciones de comunicarlo y no ceder ante los caprichos innecesarios.
Educar al niño para apreciar el esfuerzo
Además cuando un niño manifiesta un capricho antes de ceder a él debe aprender a estimar las cosas que se obtienen con trabajo, por lo que si desea algo nuevo como un juguete o unos pantalones de marca se deberán poner condiciones a ese capricho, por ejemplo si obtiene buenas calificaciones al final de trimestre o si es capaz de realizar una actividad doméstica extra como sacar la basura en el transcurso de un mes cuando no le corresponde o realizar las tareas extra en el hogar.
Recomendaciones en la formación de los niños caprichosos
Adicionalmente a lo mencionado existen algunas sugerencias que deben considerarse en la formación diaria de los hijos para impedir que se transformen en niños caprichosos desde que son pequeños y son las siguientes:
1. Establecer reglas y límites desde que son pequeños para que reconozcan cómo deben comportarse. No hay que esperar a que el menor crezca para ponerlas, es mejor realizarlo desde que son pequeños para que las comience a comprender pronto, de esta forma existirán algunos aspectos que los interiorizará sin dificultades. Por ejemplo comprar chocolate o dulces solo para los domingos o para las fechas especiales.
2. Hallar otras opciones al capricho. Esto funciona especialmente cuando los niños son menores y consiste en buscar opciones que no respondan a su capricho para distraerle y hacerle olvidar que desea algo. Además la opción no tiene por qué ser un objeto, en ocasiones pasar un momento en el parque es la mejor alternativa.
3. Los padres deben ser un ejemplo para sus hijos y comportarse en la misma línea. No vale que la madre no acepte un capricho y que el padre se lo conceda. Si uno de los dos cede ante los caprichos del niño, éste lo usará siempre a su favor.