La voz es un instrumento esencial de comunicación que utilizamos diariamente, tanto los mayores como los menores. Los trastornos que perjudican a las cuerdas vocales y evitan que contemos con una buena salud oral afectan de manera particular a los pequeños y adolescentes, porque se necesita de una formación del lenguaje y una conservación de las zonas de nuestro cuerpo que participan en el proceso del habla.
Una de las situaciones que más suelen presentarse en los trastornos son las afonías, alteraciones de la voz que en algunas oportunidades generan dolores de garganta, irritación o sensación de sequedad. Las afectaciones más delicadas se llaman disfonías y pueden llegar a producir lesiones en las cuerdas, como los nódulos y los pólipos vocales.
Los niños de tempranas edades son pacientes comunes de estas afecciones y es indispensable educarlos para que hablen de manera indicada, de igual forma que se les prepara para consumir sano o para que se abriguen cuando hace frío.
Principales causas de la afonía en los niños
Por lo regular, las afonías en los niños provienen de patologías que han perjudicado a su garganta o al sistema respiratorio como los catarros, gripes, laringitis o el asma infantil que son enfermedades muy convencionales y que pueden generar la pérdida de la voz.
Además se producen afonías por indebidas conductas. Si el niño está habituado a gritar y a elevar la voz, es factible que sus cuerdas vocales se vean afectadas. Asimismo ocurre si experimenta un ambiente familiar en el que son constantes estas costumbres y que a lo mejor finalice siguiendo.
Otros factores que influyen en este tipo de trastornos son el frío exagerado, se trate del frío del ambiente o por ingerir bebidas y alimentos helados que perjudiquen su garganta. Además del abuso de comidas picantes, el humo del cigarrillo o una inadecuada respiración, usando solo la boca, todo esto ocasiona afonías en los niños.
¿Cómo debe ser el tratamiento de la afonía en los niños?
El tratamiento para la afonía en los niños debe tratarse de acuerdo a el factor que la haya generado. Si se trata de la conducta del menor, que está habituado a gritar y subir la voz, es esencial que se hable con él y se le explique que es una costumbre dañina. Por otro lado, es necesario ser un ejemplo para ellos y seguir ese mismo principio.
En la situación de las afonías causadas por la faringitis u otras patologías, hay remedios caseros que ayudan a aliviar los síntomas y calmar el dolor y la irritación en las cuerdas vocales del niño. Se recomienda que el niño beba agua en abundancia, ingiera infusiones de malva y manzanilla y alimentos con vitamina A, como la zanahoria o las naranjas.
Cuando las afonías permanecen es conveniente que los padres asistan a una especialista para que establezca la causa del trastorno.