No importa la edad que poseas, siempre puedes aprender de otras personas y en este caso, de tus propios hijos, incluso cuando éstos son muy pequeños. Los niños son personitas que se encuentran en permanente comunicación con la naturaleza y con el universo que los rodea, y que debido a la forma cómo dejan fluir sus emociones, ellos están en condiciones de enseñar varias lecciones de vida a sus padres.
Es importante que los padres abran su mente para que puedan aprender de sus hijos, pero especialmente su corazón. Deberán reconocer que no lo saben todo y aunque son las personas que orientan los pasos de sus hijos, éstos asimismo tienen una gran cantidad de experiencias que compartirles. Porque los padres no hacen el camino, realizan solo un acompañamiento a sus hijos en él.
Enseñanzas que brindan los hijos a sus padres
1. Todo no es disciplina: La gran mayoría de los padres creen que la disciplina lo es todo en la existencia de un pequeño para que éste pueda formarse con responsabilidad. Sin embargo, la disciplina no se aprenderá sino viene integrada con la flexibilidad y el afecto proveniente de los padres. Para una adecuada educación los hijos requieren de disciplina, pero ésta debe ir acompañada del amor y el equilibrio. De esta manera los menores tienen la posibilidad de sentirse apreciados y cuidados la gran mayoría del tiempo.
2. El dinero y los bienes materiales son secundarios en la vida: La gran mayoría de los adultos se enfocan en conseguir dinero y dedicar mucho tiempo al trabajo para supuestamente obtener seguridad y estabilidad en la vida. Por el contrario, los hijos enseñan a sus padres que lo que verdaderamente vale en la existencia es el tiempo y cómo y con quién se comparte. Los momentos son para ellos lo más preciado.
3. Vivir el hoy: En muchas ocasiones los padres olvidan vivir el momento, se concentran en otros tiempos: pasado y futuro, y no disfrutan el momento presente con sus hijos. Los niños viven cada momento con gran intensidad, algo que los adultos deberían aprender de ellos.
4. Perdonar: Los hijos, especialmente cuando son pequeños saben perdonar y olvidar, porque comprenden que estar alegres es mejor que guardar rencor.
5. Sienten de verdad: cuando un niño sonríe lo expresa con honestidad y lo mismo sucede cuando lloran. Tener sentimientos reales es algo que muchos adultos requieren para poder entender el medio que los rodea.