Al considerar los diferentes tipos de terapia para niños, es útil discutir primero las razones por las que un pequeño puede necesitar acudir a una terapia. En primer lugar, los niños necesitan servicios terapéuticos para abordar los desafíos asociados con el desarrollo o con sus habilidades cognitivas, dificultades emocionales o de comportamiento, o la rehabilitación después de una lesión o cirugía. Cada categoría de terapia consiste en numerosas especialidades, enfoques y modalidades.
A menudo, los profesionales piden más de un tipo de terapia para los niños que se enfrentan a retrasos en el desarrollo, trastornos de la salud mental, o discapacidad física.
Por ejemplo, un niño con un trastorno del retraso en el desarrollo puede beneficiarse de la terapia ocupacional, terapia de modificación de conducta y terapia del habla. Las terapias ocupacionales proporcionan la estimulación y la formación de las habilidades motoras para ayudar a los niños a mejorar el equilibrio, la coordinación ojo-mano, y la conciencia táctil. La terapia de modificación de conducta ayuda con la disminución de las respuestas inadecuadas a los estímulos externos, tales como gritar o golpear cuando el niño se pone ansioso. La del habla y terapias similares ayudan a mejorar las habilidades de comunicación del menor.
Diferentes tipos de terapia para niños
Crear un listado de todos los tipos específicos de terapia para los niños es casi imposible, sobre todo teniendo en cuenta la frecuencia con la que aparecen nuevos métodos que demuestran ser más eficaces que os antiguos. No todos los métodos terapéuticos o enfoques de terapia son reconocidos por las organizaciones médicas oficiales o cuentan con la aprobación de todas las culturas. Como tal, puede ser más beneficioso e informativo discutir los objetivos de las especialidades terapéuticas específicas cuando se habla de la terapia para los niños.
Las habilidades cognitivas tienden a centrarse en el pensamiento crítico, resolución de problemas , y el entrenamiento de la agudeza mental necesaria para aprender y desarrollarse. Dichas terapias incluyen terapia del habla, los entornos académicos especializados y entrenamiento de la memoria, por nombrar unos pocos.
Un niño con una discapacidad de aprendizaje, por ejemplo, podría participar en diversas terapias cognitivas para desarrollar la capacidad de evitar cualquier déficit o volver a entrenar al cerebro y aprender de nuevas maneras.
La terapia emocional y conductual de los niños por lo general se centra en abordar los problemas de salud mental, los comportamientos problemáticos o las malas respuestas emocionales. Los niños en el medio de un procedimiento de divorcio, que han perdido un padre u otro ser querido, o han sufrido un evento traumático tienden a beneficiarse de una variedad de enfoques de terapia conductual. El objetivo es por lo general poder enseñar a los niños las respuestas adecuadas a los factores estresantes, maneras para lidiar con emociones fuertes, y habilidades para tomar decisiones efectivas.